Iglesia de San Nicolás de la que solo se mantienen en pie parte de sus muros. Originariamente era un templo de nave única, cabecera semicircular, transepto y torre adosada en la fachada meridional. A principios del siglo XX, el obispado de Osma decide el desmonte parcial de la fábrica pues amenaza ruina. En 1908, la portada norte es trasladada a la fachada de poniente de la vecina iglesia de San Juan de Rabanera que, por aquellas fechas, estaba siendo restaurada. En 1933, se acomete el derribo definitivo de los muros norte y oeste. Durante las labores de desescombro se redescubre la cripta. Dos años más tarde, en 1935, en nuevas tareas de limpieza, aparece en la capilla sur del transepto el frontal de altar hoy conservado en la galería oriental del claustro de la concatedral de San Pedro.
En las décadas posteriores se consolida lo que queda en pie del ábside, el muro sur y la base de la torre. Ya a principios de este siglo, para evitar filtraciones, los muros se cubren con planchas metálicas en la parte superior y se le da al recinto un uso cultural, quedando su interior protegido por una valla.
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