El ábside de San Julián descansa sobre alto basamento que permite salvar el desnivel del terreno (foto inferior). Cuatro columnas entregas, que arrancan desde sendos contrafuertes, lo dividen en cinco calles o paños, las de los extremos mucho más estrechas que las tres centrales, en las que se abren las tres ventanas con aberturas en forma de aspillera. Una imposta ajedrezada divide el tambor en dos cuerpos: el inferior es liso y el superior es el que alberga toda la decoración, tanto la de los capiteles de las columnas de las ventanas como los canecillos y capiteles que sostienen el alero.
En las fotos 2 a 7 os ofrecemos diversas vistas del ábside del templo. La ventana que podéis ver en el tramo sur del presbiterio es de época muy posterior (foto 3) y probablemente se debió de abrir para dar un poco más de luz al interior del templo. Prolongando los cimacios de los capiteles de las columnas de las ventanas, una imposta de nacela recorre en toda su amplitud las tres calles centrales (foto 4 a 6), siendo interrumpida tan solo por las semicolumnas. Las cuatro semicolumnas se rematan con capiteles esculpidos que se sitúan al nivel de los canecillos del alero, al que ayudan a soportar. La calle norte (foto 7) quedó medio cegada por el añadido de la sacristía en un periodo a caballo de los siglos XVII y XVIII.
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