Obra de transición de mediados del siglo XIII (fotos 1/2), asombra al viajero por su monumentalidad. Los detalles que apuntan al gótico son el ligero apuntamiento de las arquivoltas y la disposición de las figuras en ellas esculpidas: longitudinal respecto a los arcos en lugar de radial. La componen cuatro arquivoltas que apean sobre capiteles figurados y columnas de fuste monolítico (foto 3) (algunos con dos tambores, probable restauración posterior). Los capiteles de la izquierda se decoran con motivos vegetales, mientras que los de la derecha llevan esculpidos seres fabulosos (foto inferior, enlace 15) que enlazan sus cuellos, dos figuras humanas de pie (enlace 16) y una figura tumbada a la que parece atacar un basilisco (enlace 17). La chambrana o guardapolvos, decorada con dos pares de semiesferas en cada una de sus dovelas, apoya en ménsulas historiadas: dos basiliscos que comparten la cabeza parecen decorar la de la izquierda (enlace 5) y dos arpías luchando entre sí la de la derecha (enlace 18). En las arquivoltas se representa, al igual que en San Miquel, el Juicio Final. En cada una de las dovelas se esculpe una sola figura, sumando un total de 60. En las dos filas inferiores (enlaces 6/7) aparecen las personas que entran o salen de sus sepulcros. En las demás se ven los músicos del coro celestial y otras figuras que representan a todos los estamentos de la sociedad medieval (enlaces 8/9/10/13/14). |