El altar barraco (foto 1) impide que el interior del ábside pueda verse por completo, quedando tras él los arcos centrales de la arquería ciega que orna el cuerpo inferior. Por otro lado, en el tramo presbiterial norte se han perdido los arcos ya que allí se abrió el portal que da acceso a la actual sacristía. La arquería conserva, pues, los siete arcos del tramo semicircular y los dos del presbiterio sur. Si los capiteles de la arquería no muestran la variedad iconográfica de Cornezuelo o Crespos, la articulación y decoración de sus arcos son mucho más ambiciosas que en los anteriores casos. Aplazamos el pormenor para las siguientes páginas; mientras tanto, en las instantáneas de la cenefa superior, os ofrecemos diferentes imágenes de este interesantísimo ábside burgalés. |