Bajo la cornisa del tramo presbiterial sur (enlace 7) debió de haber en un principio cuatro canes, de los que se conservan tres: un hombre cargando con un tonel (enlaces 1/2), un prótomo de cérvido o cabra (enlaces 3/4) y, ya sobre el contrafuerte, un monstruo que engulle una figura humana (enlaces 5/6).
La ventana del presbiterio sur (enlace 11) ha quedado muy maltrecha en su lado exterior, pero por dentro mantiene su antigua disposición: arco de medio punto con dos columnillas acodilladas y capiteles figurados. En la calle meridional del ábside los tres canes que sostienen la cornisa son: un prótomo de carnero, mutilado en su parte inferior (enlaces 8), otro can del todo indescifrable por su acusado deterioro y una liebre o conejo (enlaces 9/10). |