La fachada meridional (foto 7) da sobre un descampado en el que os podéis aventurar para obtener una mejor perspectiva del templo. Desde este lado, Sant Feliu ofrece una imagen algo austera, ya que los muros apenas presentan elementos que les aporten ritmo y señalen la transición entre ellos. No hay canecillos bajo los aleros y las ventanas que se abren son pocas. Solo dos aberturas en forma de aspillera rompen esta homogeneidad, la que observamos en el muro sur de la nave central (enlace 4) y la del hastial de mediodía del transepto sur (enlace 5).

El campanario (enlaces 1/7/8) no es de época románica en su totalidad. Tal vez solo nos quede de él la base, sobre la que se debió de levantar un conjunto de pisos con ventanas geminadas o tripartitas semejante a los de las demás iglesias del valle, pero que desafortunadamente se perdió o se decidió rehacer con estos dos últimos pisos con amplias ventanas de medio punto que nada tienen que ver con el románico. Se trata quizás de una intervención del siglo XVII.