En la primera fotografía podéis ver una imagen de Santa Olalla desde el inicio del sendero que, iniciándose junto a la CA-284, conduce hasta ella. Poco, en efecto, nos indica que nos encontramos ante una edificación cuyos orígenes se remontan, según inscripción situada al pie del ábside (ver más abajo), a 1174, fecha de su consagración. De la fábrica románica tan sólo se conserva la cabecera rectangular cubierta con bóveda apuntada y arco triunfal apuntado y doblado que apea sobre cimacios en bisel.
También son románicos, de cronología avanzada según el profesor García Guinea, los canecillos de la fachada sur (foto 6, enlaces 3/4/5), los correspondientes a la capilla lateral derecha cubierta con bóveda de cañón de medio punto que también sería de la misma época. Los canes más interesantes representan un animal (enlace 3) que apoya sus patas sobre la superficie del caveto, y un cuadrúpedo (enlace 4).
En el enlace 6 veréis la inscripción en la que aparece la fecha de consagración del templo.
Fue, sin embargo, en las últimas décadas del XV cuando a estas tierras llegó un taller de pintura que fue embelleciendo con su maestría los ábsides de las iglesias de la comarca. Y aquí, en Santa Olalla, nos dejó su obra más lograda. Desde que García Guinea lo descubriera en una pequeña iglesia de Palencia, la de San Felices de Castillería, conocemos al maestro "director" como el maestro de San Felices.